No hay verano sin cangrejos de río. Recuerdo haberlos pescado por docenas en el Júcar, con mis padres y mis hermanos, y guisarlos con tomate frito, cebolla, chorizo, guindilla,... uno de los mejores momentos de las vacaciones de verano.
El verano pasado los hice como he dicho, y muchos recuerdos pasaron de nuevo por mi cabeza, mientras me daba este merecido homenaje.
Hoy llega a LOS FOGONES... CON RAZÓN una receta de Arancha Criado, que de ésto sabe y mucho, que ha tenido a bien enviarme -lo que siempre se lo agredeceremos mi hijo mayor y yo-, y que consigue elevar a este crustáceo tan majete a la categoría de delicatessen.
Ahí va la receta.
Ingredientes (para dos personas y ponerse morados)
1 kilo de cangrejos de río vivos
1 cabeza de ajos
3 guindillas (de las de bote de especias)
1 hoja de laurel
Sal gorda
5 bolitas de pimienta negra
Aceite
1 vasito de vino blanco (unos 150 ml.)
Nota: yo he puesto 100 gramos de sal gorda por cada litro de agua, típico cuando se cuece el marisco, y creo que lo he clavado. Esto es importante para que veais qué es mucha sal gorda.
Preparación
Se dejan los cangrejos en un caldero, a la espera de que vayan donde imaginamos.
Se llena de agua una olla grande y se añade mucha sal gorda, cinco bolitas de pimienta negra y una hoja de laurel.
Una vez que vuelve a cocer el agua, contamos 4-5 minutos.
Y los colamos.
Cuando están bien dorados los ajos añadimos el vino blanco, con mucho cuidado porque a veces salta.
Lo dejamos hervir un poquito y añadimos de nuevo los cangrejos.
Un blanco fresquito de D. O. Albariño, Rueda o Ribeiro, o un tinto de verano LA CASERA que repito que es el mejor, buena compañía, y esto es "hablar con Dios".

No hay comentarios:
Publicar un comentario